sábado, enero 27, 2007

Relato.

Con un futuro decidido, decide irse a dormir,
cree que soñará en algo mejor,pero ella no recuerda sus sueños.
No es una enfermedad, o algo parecido, simplemente no recuerda,
dicen que los que no recuerdan sus sueños son los que descanzan en verdad.
Ella cree que es cierto, siempre ha pensado que dormir mucho es uno de sus más grandes atributos,depués de todo,es de familia.
Su madre tenía una peculiar forma de roncar,algo así como un gato y un camión de la basura apareandose.
Ella gustaba de describir,era algo que la hacía sentir escritora,era un tanto patética, pero lo curioso es que mucha gente buscaba su compañía.
Ala hora de irse a dormir era un rutina sin fin, apagar la computadora, tomar un litro de agua, cargar al gato,ponerse pijama, lavarse la cara, cepillarse los dientes, poner un poco de dalacin en su redonda nariz,meterse ala cama, tocar su fría ventana, y quedarse dormida.
Sus sueños, eran casí instantaneamente borrados al despertar,envidiaba a los que soñaban, pero ala vez los compadecía.

Una de las noches en las que ella dormía,comenzó a sentir que despertaba, no sabía por que, solo sabía que le dolía, y mucho, creí haber sido atropellada, pero no, solo era algo que recorría su pierna, algo que la hacía estremeserce.





El ácido láctico todavía corre por las venas de su grueso muslo.





Soleil.

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