martes, abril 19, 2011

Que mejor forma de morir, siendo joven y teniendo lo que requiero.
Nunca le he dado demasiada importancia a la forma, pero de verdad tengo miedo.


Lo más seguro es que no sea nada, que me estoy acobardando ante la inminente pregunta,
pero sigo, me arrepiento, continúo, respiro y pienso en lo que podría dejar atrás.

Es en realidad nada lo que perdería, todo lo que tengo por delante es en verdad nada.

No sé si pueda dormir, aunque el corazón me sigue latiendo lento, la vida y las risas grabadas ante lo que he vivido me siguen atormentado.

Hoy por lo menos fluí, y disfruté de el aire de la azotea, y de las luces de mi querida ciudad,
pisé un caca o una piedra, pero después de todo ya ni me importa.

Feliz cumpleaños a mi padre, y excelente noche, para la eterna inseguridad.