sábado, agosto 16, 2008

A mi nuevo termostato.

Todas ésas que esperé valieron la pena.
Me haces tan feliz.
No sé por que, jamás pensé que algo tan insignificante me pudiera regalar momentos de tanta plenitud.

Te adoro, me gustaría que fueras con migo a todas partes.
Eres lo mejor de éste asqueroso verano.

Y la verdad es que cuando llegaste la espera me mataba,
tenía cosas mucho mejores que hacer.

Esperar fue la decisión más acertada, aunque lo lógico era partir.


Gracias amado termostato, haces de mi vida un verdadero invierno.

No hay comentarios.: